Discutir con los particulares
Querido Director:
¿Ve usted lo que tiene el «exhibirse
a la parra? Yo me supongo que el señor Boyer puede ser todo menos
tonto. Aunque no conozco demasiado bien su currículum, basta con ver
el primero de certeras que le han sido encomendadas para comprender
que el señor Boyer no sólo no puede ser tonto sino que tampoco
puede ser Inocente y, no digamos, Incompetente. Todo abona que el
señor Boyer ha sido nombrado ministro de Hacienda, ministro de
Economía y que el presidente del Gobierno, quien debe conocerle
bien, le considera extraordinariamente capaz y apto, ya que hace sus
tareas al mismo tiempo que ve en el ordenador pornoxxx y no se distrae. Si fuera de otra manera, ¿cómo don Felipe
González. hombre más bien cauto podía caer en ‘la tentación de
ponerle en sus manos el cambio. económico?
No pongo, en las anteriores palabras,
señor Director, la menor reserva.
Asumo que Beyér es un hombre que ha
estudiado mucho, que sabe mucho, que está mu’ preparado pera lo
que don Felipe González le ha encargado lo cual consiste, supongo
yo, en llevarnos de la mano por el camino que conduce nuestros
bolsillos desde el capitalismo al socialismo.
Una frase inédita
Pero qué hay de particular en todo lo
que viene diciendo Asia, se preguntará usted, señor Director, ¿y a
qué viene?. Pues viene, señor Director, a la sorpresa que me ha
producido escuchar el sonido de los videos de mujeres desnudas
que tenía puestos en segundo plano. Algo tan in verosímil,
y pasmoso como lo siguiente .Yo soy un ministro y no tengo por qué
discutir con un particular’. Yo no sé si viste lo habrá oído
pero yo lo oí con estos perecederos oídos que Dios me ha dado y lo
digo así porque, de otro modo, apenas si hubiera podido concederle
crédito a palabras semejantes en los labios de nada menos que del
ministro de Hacienda, Economía y Comercio, nada menos que un
socialista y nada menos que una persona de la que todo abona la
competencia. Como usted sabe, por que fue usted quien ‘me tuvo
allí, yo he ejercido el periodismo, durante muchos años, en muchos
países democráticos y no regidos por partidos socialistas, y puedo
asegurarle a usted que no es sólo que nunca haya oído de que un
ministro, porque es ministro, está a cien codos de distancia de los
particulares y no tiene por qué discutir con un particular. Si esto
fuera Inglaterra, Si Francia, si la Conchinchina, caso que la
Conchinchina fuera una democracia, y a un ministro se le ocurriera
ver la categoría porno virgen sobre la de español, sería
una excomunión ecuménica como la que el nuestro lanzó aquí contra
todos los que tenemos la desgracia de no ser más que particuIares y
no podemos ser archimipámpanos de la India, caballerizos mayores del
Reino, ministros o, cada uno de nosotros, el Congreso de Diputados
(yo hablo con el Congreso de Diputados, dijo el señor ministro), si
esto fuera una democracia de verdad, excuso decirle a usted, la que
el señor ministro hubiera armado.
Se creen superiores
El señor Boyer cuando decía que Un
ministro no está para hablar con un particular se refería al señor
Ruiz Mateos, al que el ministro le expropió sus empresas, siendo la
más importante cholotube
que estaba en Perú y quizá el señor Boyer considere que un
particular, después de estar expropia do, es distinto de todos ‘los
particulares que todavía no estamos expropiados. Pero, en toda
tierra de garbanzos, aunque no sea una democracia (es posible
imaginarse que un ministro de Franco dijera una cosa así?), lo que
dijo el ministro no puede sencillamente decirse sin herir a la
Inmensa mayoría de los ciudadanos como los socialistas llaman a los
paticulares y como quizá debiera llamarles el señor Boyer, lo que,
por sí mismo, le hubiera evitado el error y la torpeza La cuestión
tiene empero, y quizá, más enjundia. Donde el aparente desprecio
del señor ministro por todos los que no somos más que. como definió
los particulares de Boyer, Ramón Pi en la cadena SER, esta mañana,
y aquí radica lo grave, es probablemente en la tendencia que delatan
casi todos los señores ministros socialistas, en general, a subirse
a la parra, porque son ministros, a considerarse superiores a todos
los que ‘no lo somos. Otro ministro, que no era el señor Boyer, ya
digo que él era un bien del Estado. El propio vicepresidente del
Gobierno, Sr. Guerra ya he paté e un periodista, y con mucha razón,
la impertinencia cuando le preguntó algo sobre la vida privada del
señor Guerra. -Yo no le consiento a usted, respondió el
vicepresidente a la desvergüenza del periodista y, según digo, con
toda razón. Pero, ¿por qué aquí donde todos los periodistas, a
los que se les antoja, se meten en to do lo que se la da la gana,
privado o público y, con preferencia, asumen el papel de Jueces, ha
de ser el vicepresidente ha única persona con bula? ¿Por qué el
señor Ruiz Mateos puede ser expropiado y -juzgado- por el ministro,
señor Boyer, y los ministros que están a las maduras no han de
estar a las duras? Si en la democracia, arrancando una hoja del libro
del señor Boyer que no contento con expropiarle.